El sol es imprescindible para la vida y en cantidades moderadas, tiene efectos muy beneficiosos para la salud. El más conocido es la síntesis de vitamina D, que regula el metabolismo óseo y es responsable del estado de mineralización de nuestros huesos y dientes. Sin embargo, también es sabido que una exposición solar descontrolada puede causar insolación y ocasionar daño en la piel, los ojos y el sistema inmunológico. En la piel, el daño solar se traduce en la aparición de enrojecimiento (quemadura), manchas y arrugas (envejecimiento) y en ocasiones, desarrollo de tumores (cáncer de piel).
La infancia es una etapa especialmente vulnerable al daño solar. Niños y niñas pasan gran cantidad de horas al día expuestos al sol durante las actividades deportivas y de ocio al aire libre. Su piel es muy delicada, y una quemadura solar puede tener repercusiones importantes para la salud en etapas posteriores de la vida, ya que “la piel tiene memoria”.
Educar en hábitos adecuados de fotoprotección es la mejor estrategia para evitar los riesgos asociados a la sobreexposición solar, y es una responsabilidad que compete a profesionales de la salud, familiares y educadores. El entorno escolar juega un papel clave en el aprendizaje precoz de conocimientos, valores y pautas de conductas saludables.
La fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología ha creado el programa de fotoeducación: “Convive con el Sol”.
Con los objetivos de:
Impulsar la educación en fotoprotección desde las aulas.
Desarrollar conocimientos, actitudes y hábitos saludables en fotoprotección desde la infancia.
El modelo que se ha adoptado es el de un Programa educativo integral y continuado, que implica a toda la comunidad educativa y abarca todos los niveles educativos.
Con el Profesorado como agente clave de trasmisión de conocimientos, valores y modelos de conducta en el ámbito escolar. Y los dermatólogos como referentes de conocimiento y garantía de calidad.

